martes, 17 de agosto de 2010

100 mujeres en una cima


¿Pero....es posible que alguna vez se hayan juntado 100 mujeres en una cumbre?

Pues si, fué el 20 de junio del 60, en la cima de la punta Gnifetti del Monte Rosa (4.554m). Bueno, en realidad fueron 113 las mujeres que lograron la cima ese día, de las 119 italianas, suizas y austríacas que habian partido de la localidad de Gressoney la Trinité, en el italiano valle de Aosta.

Abajo, una foto histórica: una de las mumerosas cordadas femeninas que se dirigían al Monte Rosa. Se les ve llegando al collado de Lys, con el Lyskamm (4.523m) detrás

La punta Gnifetti es la de más a la dcha en la foto de abajo. Nótese el refugio situado en la misma cumbre. La flecha roja señala una de las 3 cordadas que a duras penas pueden verse, dando idea de la inmensidad de esta montaña y de los sobrecogedores seracs que hay justo por encima de la vía de ascensión (hacer clic en la foto para verla grande)
En la misma cima de la punta Gnifetti, colgado sobre un precipicio de más de 1.000m, por encima de las nubes, se encuentra la cabaña-refugio Regina Margherita. El más alto de Europa.

La hazaña de estas mujeres tuvo repercusión mundial, apareciendo en la prensa de todos los diarios de entonces. Aquí la crónica del "Mundo Deportivo".

¿Como es posible, a que se debe semejante epopeya, en una montaña nada fácil y en aquella época…?

Se trataba de la iniciativa “Cien mujeres en el Monte Rosa”, que surgió como homenaje y recuerdo del reciente fallecimiento en 1.959 de una excepcional montañera: Claude Kogan y de su compañera Claudine van der Straten Ponthoz, en las laderas del Cho Oyu, en el Himalaya Nepalí.
Claude Kogan

Claudine van der Straten

Esta historia merece ser contada

Claude Kogan (Claude Trouillet de soltera) nace en Paris en 1919. Trabajó como diseñadora de moda y posteriormente y en compañía de su marido George Kogan, comenzó a desarrollar actividad alpinística en Alpes y en la Cordillera Real de los Andes. El fallecimiento de su marido no terminó con su pasión por la montaña, y continuó escalando en el Caúcaso, Goenlandia y finalmente en el Himalaya, en donde ascendió varios sitemiles: el Nun Kun y el Ganesh I.

En 1.954 participó integrada en una expedición suiza en un intento al Cho Oyu. Debieron dar la vuelta a 450m. de la cima por mal tiempo. En 1957 lidera el proyecto de formar una expedición femenina que ponga por primera vez a una montañera en la cima de un ochomil, el Cho Oyu, de 8.153m. en la frontera de Tibet y Nepal, junto al valle del Khumbu.

Es un hecho, y en el verano de 1.959 parten desde París hacia el Himalaya. La expedición está integramente formada por mujeres. Son 12 en total, de 5 nacionalidades: las británicas Margaret Darwall, la condesa Dorothea Gravina, y Elleen Healey, la suiza Loulou Boulaz, la belga Claudine van der Straten Ponthoz, las francesas: Colette Lebret, Micheline Rambaud, Jeanne Franco y Claude Kogan…. y finalmente las sherpas nepalies Pem Pem, Nima y Douma, que son dos hijas y una sobrina del famoso sherpa Tensing Norgay.

Los miembros de la expedición femenina al Cho-Oyu de 1.959. Se reconoce a Claude Kogan y a Claudeine van der Straten sentadas en el centro de la primera fila

Claude Kogan con la condesa Dotothea Gravina y Tensing Norgay

Eileenn Healey y la condesa Gravina en las laderas del Cho Oyu

Ascendiendo hacia el campo II

Tras semanas de luchar con la montaña, las dos más fuertes: Claude Kogan y Claudine van der Straten se encuentran con el sherpa Ang Norbu en el campo IV, planificando el ataque final a la cumbre. El mal tiempo las bloquea. Finalmente el 2 de octubre de 1.959 una avalancha acaba con la vida de los tres.

Se trata de las primeras mujeres que fallecen en el Himalaya.

Claude tenía 40 años, fué una mujer libre que no aceptó el destino tradicional y dependiente de las mujeres de la época. Murió con su compañera y amiga, allí donde ellas querían estar.

La expedición de 1.960 “Cien mujeres en el Monte Rosa” nos ha ayudado a recordar a estas audaces mujeres. Sirva este post como homenaje y reconocimiento a su esfuerzo pionero y libre.


En la primavera de 2.008 tuve el privilegio de acompañar a dos mujeres más: Alma y Eva hasta la cima de la punta Gnifetti del Monte Rosa. En lo más alto se encuentra el refugio, sujeto por tensores de acero para que el viento no se lo lleve.

Entonces no teníamos conocimiento de esta historia. De haberlo sabido seguro que hubiiéramos tenido un pensamiento para esas mujeres del Cho Oyu de 1.959, y para las 113 que al año siguiente ascendieron hasta aquí para que no las olvidásemos.

1 comentario:

Mava dijo...

Hermosa historia, Teo. Parece mentira el arrojo y el compañerismo que debían tener para embarcarse en esas aventuras, más con los medios que entonces había. Por supuesto, el homenaje dado por el centenar de mujeres que subieron al año siguiente al Monte Rosa es también loable, sin duda.

Un saludo.