Historia e historias de los piolets clásicos, de montañeros/as de antaño, y de otros equipamientos alpinísticos
martes, 28 de febrero de 2012
Quien es quien: J. Charlet y G. Moser
domingo, 26 de febrero de 2012
Piolet-Somier
viernes, 24 de febrero de 2012
Eiger 4.- El asalto definitivo... con Anderl Heckmair al frente
Rampa (foto actual)
Por esta zona las dos cordadas se unen en una sola, y así, los 4 juntos afrontan la Vira Delicada, una especie de faja horizontal que acaba en la Fisura Delicada. Es aquí desde donde un fotógrafo les toma una foto desde un avión que se acercó a la pared buscando a los escaladores.
Tras la Rampa continúan por la Vira Delicada con Heckmair delante escalando ya la Fisura Delicada
Tras ascender por la Fisura Delicada llegan a una nueva faja, la preciosa Travesía de los Dioses. Y por esta zona, es cuando el tiempo les empieza a empeorar, con amenazadoras nubes de tormenta y niebla que cubre la pared.
En la Araña (recreación del documental de Thomas Ulrich)
Y ese era el caso. Habia tormenta de aguanieve. Y sucedió lo previsible: sobre las 16 horas un gran alud de rocas, hielo y nieve barrió durante larguísimos segundos todo el nevero de la araña. En ese momento estaban formando dos cordadas, la de Kasparek y Harrer, que iban por atrás aguantó bien el alud por estar en ese momento asegurados a clavijas de hielo, aunque Kasparek terminó herido en una mano por los golpes de las rocas y los fragmentos de hielo que caían. Heckmair demostró una vez más su valía: no estaban asegurados y sin embargo consiguió aguantar el desprendimiento asido a su piolet con una mano, mientras con la otra sostenía a Vorg por el cuello de su chaqueta. Algo ciertamente heroico porque la fuerza del alud debió de ser tremenda.
A partir de ese momento, y ya hasta el final formarían una única cordada de 4 con Heckmair en cabeza.
Al finalizar el nevero de la Araña montan el vivac, aunque las condiciones son muy precarias, tan solo disponen de una estrecha repisa en donde apenas pueden estar sentados con los pies colgando sobre el vacío.
La noche no es mala del todo, aunque sigue el mal tiempo. Nieva, pero donde están se sienten a cubierto: una pequeña repisa les protege de los continuos desprendimientos y aludes que caen sin parar.
Heckmair no se amilana:
-Wiggerl (Vörg), voy a atacar de nuevo el desplome.
-Pero no te caigas de nuevo sobre mi, te lo suplico, responde con voz apagada y una sonrisa.
Serían sobre las 12 horas cuando, tras horas de lucha y numerosos largos, alcanzan el nevero de cima. La escasa visibilidad hace que lleguen a la arista cimera casi sin darse cuenta, debiendo refrenarse para no caer por la cara sur. Tendría su gracia…
Eran las 15:30 del 24 de julio de 1.938. Habían completado la escalada de la cara norte del Eiger.
Luego vendrían las felicitaciones conforme iban acercándose de vuelta a Grindelwald, las primeras fotos, con rostros marcados por el esfuerzo pero sonrientes. Todavía con parte del equipo encima, sin soltar aún los piolets…
Saber mas:
Los libros:
El documental “Eiger-Nordwaand” de Thomas Ulrich y F. Senn, con una recreación de la ascensión con equipo de época.Eiger 3.- Julio del 38, ¿será ahora?
La cara norte del Eiger, vista desde Grindelwald
La conquista del Eiger no estaba resultando nada fácil. Se estaba pagando un precio demasiado alto.
En agosto del 35 Sedelmayr y Mehringer murieron congelados en el que a partir de entonces se denominó “Vivac de la Muerte”. En Julio del 36, lo hicieron Toni Kurz, Hinterstoisser, Anderer y Rainer. En julio del 37, Gollackner. En Junio del 38 los italianos Sandri y Menti…
Demasiadas muertes condujeron a las autoridades suizas a prohibir cualquier otro intento. Aunque al poco la prohibición se levantó a los pocos meses, no se le pueden poner puertas al campo.
Cuando el 21 de julio del 38 4 jóvenes se encontraron en la base de la pared, pudieron verse claramente las diferencias de las dos cordadas distintas que pensaban ascender la cara norte. La cordada alemana de Anderl Heckmair y Ludwig “Wiggerl” Vörg estaba mucho mejor preparada, y no solo de forma física, que también. Habían conseguido algo de financiación y llevaban material moderno, especialmente los nuevos crampones de metal ligero y 12 puntas, dos de ellas delanteras, del estilo de los que comenzaba a fabricar Henry Grivel en Courmayeur. Iban a permitir afrontar con mayor seguridad las verticales palas heladas. Además, técnicamente Heckmair era con diferencia el más capacitado. Con sus 32 años era el mayor de los 4, y tenía una amplia experiencia en escalada en caras norte. Y físicamente estaba pletórico. Además, tanto él como Vörg habían explorado ya la pared del Eiger el verano anterior.
Arriba: Anderl Heckmair y Ludwig "Wiggerl" Vörg
Fritz Kasparek y Heinrich Harrer
La otra cordada la componían los austríacos Fritz Kasparek y Heinrich Harrer, el que posteriormente inspiró la película de JJ. Annaud, 7 años en el Tibet. No solo no disponían de los crampones de 12 puntas, sino que, aunque parezca mentira, tan solo llevaba crampones Kasparek. Resulta que Harrer juzgó mal, esperaba encontrar más roca que hielo y pensó que con las botas con tricounis le bastaría. El error de previsión hizo que prácticamente toda la ascensión la debió de hacer en último lugar, para aprovechar la huella y los peldaños que le iban haciendo sus compañeros.
El mismo día 21 Kasparek y Harrer iniciaron la ascensión dejando a los dos alemanes en la base de la pared. Tras varias horas de escalada llegan a la Rote Fluh y a la Travesía Hinterstoisser, que atravesaron con facilidad gracias a unas cuerdas fijas que habían dejado unas semanas antes otros escaladores. Toman un refrigerio en un vivac acondicionado denominado “Nido de Golondrinas”, en donde dejan una cuerda de 40m por si deben volver por ahí. Una lección que aprendieron con la desgracia de Toni Kurz y sus compañeros 2 años atrás.
Harrer prepara te en el vivac de la Rampa.